El otoño avanza, muchos árboles frutales, de los antiguos poblados, dan pinceladas de colores de fuego entre las enormes y silenciosas manchas verde oscuro de los pinares. Las choperas ya completamente amarillas, comienzan a perder sus hojas. El invierno se aproxima. Winter is coming.
Este año no ha habido al final del otoño lluvias que hubiesen convertido estas inmensidades en paraísos micológicos. Quizás el próximo otoño…
Pero esta espectacular Naturaleza nunca quita nada sin dar algo a cambio. No hay nubes que adornen el cielo pero la luz de otoño es espléndida. Durante el día, el sol sin brumas, sin vapores, ilumina de forma transparente, acaricia con su luz las rocas, los caminos, las altas montañas…
Por las noches, ya casi sin luna, el color negro profundo de la bóveda celeste, se ilumina con miles de puntos extremadamente brillantes, tantos y tan juntos que emiten una luz mágica sobre los bosques y las peñas. Puedes caminar de noche por los muchos senderos de estas sierras. Será un auténtico descubrimiento. Sentirás esa inmensidad que te resuena. Algo dentro de ti se conecta.
Sabes, percibes que tú también eres ese cielo inmenso, sereno y estrellado. Está al alcance de tu mano y de las personas a las que quieras regalar esta sencilla y poderosa experiencia.
Así, con estas acciones pequeñas construimos en La Posada del Candil nuestro sueño: Turismo de Felicidad. Experimenta la reconexión con tu Naturaleza, descubre estas inmensidades como armonizan contigo y tú con ellas. Ahí está, al alcance de tu mano.
Feliz final de otoño
Javier Morterero
Equipo Posada del Candil
Coordinador Experiencias Candil