Desde el 3 al 23 de julio se han sucedido tres turnos de experiencia educativa. Pero, ¿qué es una experiencia educativa? Inculcar unos valores que nos permitan vivir una vida conscientes. Cada acción conlleva una consecuencia, y cada vivencia nos acerca más a nosotros mismos.
A través de juegos, actividades creativas, clases de inglés, excursiones, pruebas, retos y asambleas nuestros aventureros han podido experimentar el arte de compartir, trabajar en equipo, adquirir conocimiento, practicar hábitos saludables de alimentación, tocar la naturaleza, vivir en primera persona el trabajo más primario y necesario de todos: agricultor; usar el diálogo como herramienta única y eficaz para solucionar conflictos, y algo muy importante, han descubierto que gracias a la curiosidad se puede ir haciendo camino.
Curiosidad para prestar atención en clase, y aprender o perfeccionar un nuevo idioma. Saber idiomas nos permite comunicarnos, y la comunicación nos permite viajar, interactuar, conocer y por tanto, crecer como personas. Gracias a la habilidad de comunicarnos podemos evolucionar.
Curiosidad para disfrutar, reír y compartir. A través del trabajo en equipo admitimos que solos no podemos. Todos precisamos de orientación, de empuje, de esa fuerza llamada «sabiduría» y «valor». Los mayores nos enseñan a escuchar, nos brindan su experiencia y su conocimiento sobre el mundo que nos rodea. Nuestros pequeños aventureros sólo han tenido que abrir bien sus oídos y escuchar.
¿Para qué sirve una #educativexperience? Sencillo. Para hacer de los más pequeños personas capaces de expresar sus ideas, emociones, miedos, dudas, inquietudes, deseos, sueños, talentos, habilidades… con naturalidad. Para que cuenten con la capacidad de empoderarse de sus propias decisiones. Averiguar por qué las toman y a dónde pueden llevarles. A empoderarse de sus errores, algo que nos pasamos media vida intentando lograr. Darles las herramientas para extraer de un fallo una lección, ya sea grande o pequeña. De la lección, una solución, y con esa solución den el siguiente paso hace delante. Y por último, para hacer de la creatividad, el conocimiento, la experiencia y por supuesto, la curiosidad, sus armas para vivir una vida plena.
Desde la Posada del Candil queremos darles las gracias a todos aquellos que vieron en nuestro pequeño proyecto de experiencia educativa algo nuevo, enriquecedor y necesario para sus hij@s. Al equipo de la Posada, puesto que sin ellos no sería posible. Y por último, a los aventureros que han formado parte. Sin ellos no habría proyecto, pues se hace por ellos y para ellos. Les deseamos lo mejor y ¡¡¡¡¡les esperamos el próximo verano en nuestro english summer camp!!!!